Yo, Germán vivo y Germán muerto.
Yo, Salvador y Germán.

Un anillo... y el diablo.

¿Te has preguntado alguna vez si los fantasmas existen?
Si no, yo estoy volviéndome loco.
Una sombra me sigue a lo largo de los años.
Interfiere en mis actividades y me pone los cuernos con descaro.
Sí, me llamo Salvador y soy el presente.
Soy la paradoja perfecta.
Tú puedes saber el porqué.




Meter la mano en el barro, en la arcilla fresca 
y cremosa, es un placer.
No sólo para el alfarero, créeme.
Pero a veces, sólo a veces, meter todo el cuerpo 
en una vasija puede ser liberador.


Te voy a contar una historia líquida: 
Si tu amante resulta infiel... es doloroso. 
Pero... ¿puede ser peor una infidelidad que otra? 
¿Con quién preferirías que tu pareja te fuera infiel? 
¿Con quién no podrías perdonarlo nunca?
Un paraguas rojo es el inicio de una revolución interna. 
A veces amar a una persona nos da la fuerza 
para gozar de otra.
O tal vez es al revés...
Amar a dos es la solución perfecta.
O tal vez no...
¿Pueden existir los primos gemelos?
¿Dónde está el abrelatas?
¿Cuáles son mis libros preferidos?
De día todo es tan confuso...
Pero si tomas el vaso con agua y remueves el azúcar...
Mis pies cuelgan entre las mohosas tejas.
Lagartijas como mascotas, pero lagartijas blancas.
Y jaulas doradas.
¿Quién es esa Emilia anciana?
La habitación era un agujero cuando me quedé solo. Un doble encierro.
Ahora, sin trabajo y sin Luisa.
Me encerré de nuevo en el baúl.
Tengo un doble en la oscuridad y un triángulo en la luz.
Cuando nací ya era gorda.
El jardín era un muro vegetal. 
Las burbujas ejercen su función moral. 
No debo comer azúcar. 
¿Puedo protegerme de los demás?
Aire limpio del mes de mayo.
El huevo, hermoso, se eleva.
Ceremonia.
¿Por qué esos momentos? ¿Por qué se recuerdan unos y no otros?
¿Cómo desprenderse de lo doloroso?
Ellos me ven.
Tengo un cuchillo.
Me mancho las manos.
Hay abrazos muy especiales...
Hay que tener cuidado al pasear por la calle Fuencarral.
La gente tiene hambre.
Los niños... ¡qué bocado tan tierno!
Germán quería lo imposible
y se encontró con su oscura rutina.
Después fue cobarde.
Empezó una guerra.
Pero las guerras no suelen acabar bien...
Cuando somos felices no pensamos en los otros, sólo vivimos.
Germán pinta unos cuadros rojos y verdes.
El triángulo es el destino, el placer la meta.
¿Cuánto tiempo pueden vivir tres personas completas entre el mar y la arena?
Hemos oído tantas veces eso del amor eterno...
¿Recuerdas la plaga de hormigas?
Tal vez los unidos se encuentran bajo la tierra o en el aire.
¿Qué le sucede a A cuando B le visita?
¿Es el amor suficiente para no dañarnos?
¿Puede colocarse una goma Milán en lugar de un aparador?
El pasado nos persigue o se nos coloca encima de los hombros.
Así, con este peso, nos lanzamos a la vida que sigue.
Aunque Emilia desaparezca sigue estando ahí.
Un caracol pasea por una teja.
Cuidado lector: Si lees este relato, en un determinado momento, estarás muerto.
Recado de escribir:

baulmundo@gmail.com



Transiciones



La transición es una página de inicio de cada relato, como una puerta que lo abre.
En cada una de ellas va inscrita una palabra que no es el título sino el resumen, la esencia.